Otra más....
Muerte
Hasta el día de mi muerte soñaré
si llego con vida a ese día
lo imagino, una tarde gris, sombría,
con el sol de mediodía que en mi alma sentiré.
Aquel día de mi muerte tú estarás
esperando a mi lado o frente a mí,
recordando lo que fuiste, lo que fui,
lo que nunca viviré tú lo verás.
Toda vida es buena vida, mi amiga,
del momento que persiste en vivir;
aunque al fin y al cabo sepa que es sufrir,
porque toda vida una muerte obliga.
Largo tiempo he esperado y no he podido
decirte la verdad de mis verdades
lo he intentado en muchos tiempos, mil ciudades
lo he intentado… al fin y al cabo no he querido.
La verdad, esa verdad, es que no vivo,
esperando una pregunta a mi respuesta,
sin saber qué significa, lo que cuesta,
ver que nada hago, sólo sobrevivo.
¡Qué locuras, oh muerte, haces pensar!,
a esta pobre y loca mente olvidada,
del mundo las virtudes ahogadas,
que no tengo, que he perdido así al pasar.
Paso y leo lo que escribo y al leer
me doy cuenta que no escribo lo que creo,
lo que amo, lo que espero o lo que veo
sino lo que mi cuerpo quiere ver.
Tanta cosa, tanto todo, una existencia
una idea que se expande y no permite
que la muerte llegue a todos, y me omite
pasando mi vivir, cual mal vivencia.
Has llegado, muerte, y sin valor
me has encontrado y me tienes sin suerte,
he sufrido, y me llevarás a ti, muerte,
sin dejarme conocer lo que es amor.
Hasta el día de mi muerte soñaré
si llego con vida a ese día
lo imagino, una tarde gris, sombría,
con el sol de mediodía que en mi alma sentiré.
Aquel día de mi muerte tú estarás
esperando a mi lado o frente a mí,
recordando lo que fuiste, lo que fui,
lo que nunca viviré tú lo verás.
Toda vida es buena vida, mi amiga,
del momento que persiste en vivir;
aunque al fin y al cabo sepa que es sufrir,
porque toda vida una muerte obliga.
Largo tiempo he esperado y no he podido
decirte la verdad de mis verdades
lo he intentado en muchos tiempos, mil ciudades
lo he intentado… al fin y al cabo no he querido.
La verdad, esa verdad, es que no vivo,
esperando una pregunta a mi respuesta,
sin saber qué significa, lo que cuesta,
ver que nada hago, sólo sobrevivo.
¡Qué locuras, oh muerte, haces pensar!,
a esta pobre y loca mente olvidada,
del mundo las virtudes ahogadas,
que no tengo, que he perdido así al pasar.
Paso y leo lo que escribo y al leer
me doy cuenta que no escribo lo que creo,
lo que amo, lo que espero o lo que veo
sino lo que mi cuerpo quiere ver.
Tanta cosa, tanto todo, una existencia
una idea que se expande y no permite
que la muerte llegue a todos, y me omite
pasando mi vivir, cual mal vivencia.
Has llegado, muerte, y sin valor
me has encontrado y me tienes sin suerte,
he sufrido, y me llevarás a ti, muerte,
sin dejarme conocer lo que es amor.
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