Oda a la depresión endógena (aunque nunca tanto)

Creo sinceramente que el tenor de los comentarios de este pseudopoema marcará definitivamente el perfil de quienes caen en estas redes, y mostrará a quienes probablemente (al menos eso espero) se harán reincidentes de este blog. Que lo ¿disfruten?

Purgatorio

Por un instante lo creí cierto
y por un tiempo pareció verdad
había aprendido a estar solo
y a no urgirme por el resto de la vida...
Por un instante mi existencia,
pálido reflejo de esta pobre alma
pareció encontrar un remanso,
un oasis de soledad y silencio
un paraíso perdido y encontrado
un sueño oculto, tibio,
un lugar...
Por un instante en aquel sitio
logré hacer un hogar y una tumba
para descansar de todos los hechos
que me hacían enfrentar día a día
y contra mi voluntad,
mi maldita sociedad;
donde solo un ente marginado,
o marginal, da lo mismo,
se permitiría ser,
pues ella sólo para eso da cabida.
Por un instante rompió la premisa
y día a día me encerré en el remanso
y a nadie importaba,
nada significaba,
que este loco despechado,
luego de estar solo, acompañado,
desapareciese en el espacio,
sin siquiera despedirse,
total que importa,
sólo es uno más...
Por un instante todo fue paz,
olvidé sueños de compañía,
volví a sentirme como un ser pleno,
pude entenderme mejor
y dejar de comprender al mundo
aquel maldito bastardo
que jamás quiso comprenderme;
en fin, y al fin,
logré mi meta solitario,
yo...
Y en un instante de descuido
en que mi puerta quedó abierta
apareciste tú:
relámpago silencioso, oculta belleza,
consagración de todos mis sueños
y mis pesadillas,
deseo guardado en lo más oscuro
e iluminado por tu ser..
Por un instante volví a vivir,
boté el oasis, dejé mi oscuridad,
surgí a la alegría por bellos momentos,
volví a sonreír, a cantar, a desear
que esta vida jamás se acabara,
a llenar de brillo cada rincón,
pero...
Por un instante lo creí cierto,
creí ser amado y que podía amar,
más digno no soy de tu amor
y mi amor no es digno de ti,
perdí y ahora por partida doble,
perdí mi oasis de soledad
perdí tu amor que jamás tuve,
y ahora, en este purgatorio...
lloro...