Diosa Incongruencia

Siguiendo con la (ya pronta a terminar) saga de pseudopoemas interminables y a prueba de impacientes, les dejo un texto que toca tangencialmente, como todos mis escritos, a la incongruencia. Esta diosa del panteón mundial que ronda permanentemente entre nosotros, pues se aburrió de los altares, influye todos los días y a cada rato en los actos que intentamos hacer en relación a lo que predicamos frente al mundo. Así, hablamos de justicia y nos portamos injustamente, hablamos de tolerancia y nos ponemos intolerantes, hablamos de hermandad y buscamos el aislamiento, hablamos de amor y expresamos odio... Al parecer es difícil resistirse a la influencia de esta deidad, pues su influjo ha sido persistente en nuestra existencia en este planeta como seres humanos. Parece que la única posibilidad de salvarnos, es devolverla al panteón del cual nunca debió haber salido...

Incongruencia

Cristalizado en el aire,
tal vez en un instante atemporal
observando la misma nada
reflejo del todo irreflejable;
ente etéreo
tan indeseable como el dinero
e igual de imprescindible.
Burlas constantes
fútiles expresiones en un mundo
sin expresiones, insensible;
al cabo y al fin
toda burda, humana maquinación
realizada gracias a una depresión
más baja aún es que las palabras,
no las pensadas,
más bien las dichas durante la confusión
de vivir...
como si vivir fuera posible,
tal falta de congruencia es incongruente,
teniendo en frente la perdición del alma
y detrás...
detrás la perversión,
no aquélla obscena y maquiavélica,
no aquélla sádica y cruel
no la tontamente masoquista
no la ensoñada como limpia siendo impura
no la impía
no la compleja, e inicua,
no la simple
no la pervertida...
sino solamente la única y real perversión,
la nuestra, de cada día,
la que nos mantiene vivos en la muerte.
Impávido rostro, grácil postura
dulce imagen, claro ensueño,
¡cuán bien escondéis la perfidiosa alma!,
mas no importa, sólo yo lo reconozco
nadie por mi lo sabrá.
Pasmado, o tal vez plasmado,
tan poca es la diferencia
además, más incongruente que antes,
o quizás que mañana...
si las imágenes aparecen
nos muestran algo, eso parece,
y si no, que todos modos,
es más incongruente aún.
Pasmado, o tal vez plasmado
sobre el opaco cristal del reflejo
cuán espejo de aceros sin pulir
frío, duro,
tal como la realidad pasmada
o plasmada, tal vez,
depende de cómo lo veas
si lo ves.
Cristales inexpresivos
sílice refinado en fogón
exaltación humana,
así necesario sería...
¡que fácil forjar almas
si tuviésemos aquel fuego!,
evitaríamos sin problemas
aquellos terribles problemas del alma,
no tristeza, no soledad, no ilusiones
no más visiones de espuma
no más espuma coronando vasos ni playas
ni bocas, ni tubos de vidrio
ni esperanzas inexistentes.
Escondido en un trasfondo
de espéculos irreconocibles
que ayer y hoy solo vi
junto conmigo y también con mi
yo presente, frente a frente
a mis dolidas espaldas...
veo desde el trasfondo
mientras la cristalización me lo permite
la más oscura de las iniquidades
pero distinta,
inicua y toda es bella
como en el fondo toda maldad.
No hay espacio
no hay tiempo ni movimiento,
y de las tres dimensiones conocidas
ya no queda más...
ni tan sólo la última esperanza
de aquellas dos que hoy estudiamos
pues jamás las ensuciaremos
con nuestra perversión
aquélla, la pervertida...
Que incongruente,
ver la vida como si estuviera fuera
o como si lo observarse a través de un prisma,
que más que descomponer luz,
entregando falsos colores,
descomponer la vida en cada faceta...
que nada es por sí sola,
menos aún en conjunto.
Cristalizado en el aire,
¿quién me dio el derecho a pureza
que sólo el cristal posee
como algo intrínseco?,
quien menos yo, el menos intrínseco
tienen más introvertida
buscando radioactividad
en alguien inactivo
como yo...
.