Remembranzas

A veces tenemos la mala costumbre de vivir en el pasado, y recordar todo lo que nos ha ocurrido con una óptica extemporánea, que nos hace sentir y pensar que todo lo venido fue mejor que lo que va a venir. Pero si nos remontáramos responsablemente al pasado con la óptica del objetivismo, seríamos capaces de ver la realidad en el contexto del momento vivido, y darle la verdadera dimensión a cada hecho. Así, en algunos casos, el presente no se vería tan negativo, el pasado tan maravilloso, y el futuro tan incierto . . .

Ayer, felicidad

Ayer, perdido la inconsistencia del aire,
dejé que acabase mi existencia:
poco a poco mi cuerpo no funcionaba,
y mi mente buscó la felicidad, antaño;
mas en los acuerdos nada encontró,
sólo melancolía, y eso la deprimió.
Ayer, vuelto la vida en un sueño,
creí estar en la realidad, y viví:
mas luego descubrí la falsa ilusión
y que todo era una pesadilla feliz...
Ayer, logré escuchar un microsegundo,
aquella incomprensible melodía inteligente
que flota para algunos en el éter,
que otros deben buscar con gran esfuerzo,
y que nosotros jamás sentimos...
y así, en aquél efímero instante, guiado,
claro está, por la futilidad del momento,
me dejé llevar a las alturas, y caí, y me destrocé,
porque creí ver lo invisible, tocar lo intocable,
y lo toqué cuando no debía...
Ayer, imperturbable frente al papel,
pude ver una obra de arte, que se escapó,
pues sólo los destinados, algún afortunado,
y uno que otro por casualidad, pueden retenerla;
mas el sólo hecho de verla cambió en mi,
el enfoque trágico de la existencia terrenal,
por otro peor...
Ayer, vagando en un dilema irresoluto,
quisiera aplastar la emoción por siempre...
mas el alma es más fuerte que el encéfalo,
y me enseñó esta lección haciéndome sufrir;
heme aquí, luchando por matar las emociones
y escribiéndolas en estas hojas sueltas...
Ayer, esperanzado como nunca, busqué;
pero estaba escrito que no encontrara,
ni siquiera saber lo que buscaba, si lo hacía.
Ayer, un teorema relativista, relativo a Einstein,
me probó que yo no escribo; pues esto,
está dedicado al ayer, y el ayer es tiempo,
y el tiempo es espacio, y el espacio multidimensional,
trastocan mis sentidos y no existe,
pues nada que no entienda ocupa espacio en mi mente,
o tiempo, tal vez, tampoco...
Ayer, interminable búsqueda de mi quimera,
incomprensible y esquiva meta...
Ayer, meta inalcanzable que se aleja,
cada vez que de ella me alejo...
Ayer, alejo de mí mis sueños, y acerco,
toda vez que sin querer, el descanso.
Ayer, sólo ayer... ni hoy... menos mañana...
Ayer, felicidad.
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