Deseos de fin de año

Gracias al tipo de cultura que nos formó (o deformó), vivimos pensando en el destino, sin saber a veces a qué nos referimos. Más aún en esta época del año, en que se viene un nuevo ciclo, empezamos a buscar señales de un futuro incierto, cábalas (que palabra más mal usada) que nos aseguren salud, dinero, amor y cuantas cosas pueda imaginar el ser humano. Mi pregunta a los lectores, además de los consabidos parabienes para el año que comenzará en algunas horas más: ¿qué estás haciendo hoy para obtener esos frutos por los que imploras, mañana....?

Persecución

Persiguiendo un destino ignorado
por el mundo y porque deseo
es muy duro, no es un paseo
pues lograr destruir la ignorancia
junto con la loca vagancia
que cumplo al buscar el destino.
Más que todo y que nada palabras
solamente ilusiones sin dueño
que buscan cumplir su sueño
de aspirar a llegar sobretodo
buscando perder en el recodo
la inocencia que perturba.
La vida, más que problemática
es un constante y gran desafío,
nace y muere en el libre albedrío;
todo por la búsqueda absurda,
que puede llegar a ser burda
si no se tiene el precepto
ni menos claro el concepto
de tener el destino en la mano
virtud que es útil al humano
que le permite, sin duda, programar
y por ende rápido espantar
lo malo de lo bueno y lo malo.
Ignorado es en verdad el destino
debe así quedar, debe así ser
aunque mal a alguien ha de parecer
pero así y todo (o nada) todo sigue igual
el destino existe y se cree irreal
quizás por eso lo citamos como tal
lo preferimos como sueño y así es...
¿o no?
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