Atemporal

Más de una vez al día decimos o escuchamos decir: "no tengo tiempo" o "el tiempo no me alcanza", para explicar lo incapaces que somos para administrar nuestro tiempo, para establecer prioridades, o para respetar las decisiones que tomamos al respecto. Si bien es cierto ninguna vida es comparable con otra, también lo es que los días tienen 24 horas para todos. Ahora, si alguno de ustedes consiguió 2 o 3 horas más por día, me avisan...

Tiempo

Memorias antiguas de tiempos que vendrán
a acompañarnos en noches de oscuridad,
que todas nuestras vidas que viajan en soledad
por los recónditos espacios escondidos
que reflejan los recuerdos mal vividos
en verdad en mala hora a nuestras almas llegarán.
Futuro de remembranzas hoy en día nos esperan
un juego complicado cual partida de ajedrez
tableros en las mentes, que voltean al revés
las mentes, claro, los tableros no voltean
el peso de las cabezas lo impiden y rodean
al futuro que siempre en los oídos reverberan.
Tiempo hay, tiempo habrá, al fin y al cabo
siempre y nunca los sucesos se suceden ,
y aunque mucho quieran, saben que no pueden
luchar contra la eterna limitancia
que les impone una vida de vagancia
en un mundo en competencia sin recato.
Nos llegan los recados del presente y del ayer
no hagas esto ni lo otro, quizás qué va a pasar:
les diré, gentuza; nada, es por atemorizar
que las lenguas se liberan sobre el tiempo con perfidia
escondiendo en mala forma un hálito de envidia
de los que tiempo tuvieron, y sólo supieron perder.
Memorias del futuro de un tiempo que nos llega,
nos inunda por completo, en cuerpo y alma,
tal vez llegando a hacer que perdamos la calma
exaltados, asustados, cual héroe en inmolación
temiendo en ese instante caer en la perdición
de perder lo ya logrado y no poder recuperar,
y caer al triste adagio: dejar hacer, dejar pasar . . .
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